Una etapa ligera de kilometraje, de bajada y de final del camino “exterior”. El “Camino Ignaciano interior” va a seguir y con más energía que la ya experimentada hasta aquí. La alegría por alcanzar una meta nos impulsa a ir “más lejos y más alto”. En Manresa nos esperan los jesuitas y la comunidad de laicos que atienden la Cova. Nos acogerán y harán todo lo posible para que nuestra peregrinación no se desvanezca en el olvido.

CASTELLGALÍ: pequeña población de 1.700 habitantes, pero de gran tradición peregrina. Sus orígenes también son muy antiguos, ya de tiempos de los íberos, dada su ubicación privilegiada en lo alto de una montaña con vigilancia sobre el valle del río Cardoner. Los pobladores romanos dieron el nombre de Boades a este asentamiento. En la Edad Media, con la afluencia de peregrinos que transitan el Camino Real y que se dirigen al monasterio de Montserrat, Castellgalí es conocido por su hospedaje y por las herrerías. Con toda seguridad el peregrino Ignacio de Loyola pasó varias veces por Castellgalí en sus idas y venidas a Montserrat, durante su larga estancia en Manresa. Ya muy cerca de nuestro destino final, esta población nos ofrece restaurantes, supermercados, farmacia, banco.

SANTA CATERINA: Torre de vigía, atalaya.

MANRESA: Esta ciudad ignaciana acogió a los primeros jesuitas en 1602. Desde entonces la ciudad ha mantenido una presencia ignaciana constante, que hoy recibe un nuevo impulso con la llegada de los “peregrinos ignacianos”. Visitar los múltiples lugares ignacianos en Manresa y sus lugares monumentales merece un tiempo largo de permanencia (consultar la web de turismo). El Santuario de la Cova de Sant Ignasi es un lugar ideal para acabar nuestra peregrinación, recoger nuestra experiencia interior y discernir las luces y sombras que seguramente habremos experimentado a lo largo de nuestro Camino Ignaciano. No hemos de tener prisa en marcharnos de este lugar tan emblemático para la espiritualidad ignaciana. En la Cova obtendremos toda la información necesaria para planificar nuestro tiempo (consultar la web). La ciudad de Manresa tiene restaurantes, supermercados, farmacias, centro de salud, taller de bicicletas, bancos y oficina de información (Tel: 93 878 40 90).

Oller del Mas: 500 años de historia acogieron a Íñigo el 1522. La Heretat Oller del Mas hoy tiene más de 1.000 años de historia, y, por eso, ya en 1522 la familia pudo acoger en su castillo a Iñigo durante su tiempo en Manresa. Testimonio de la devoción de la familia a san Ignacio es la capilla familiar del siglo XVII dedicada al santo. Generaciones se han sucedido en el castillo, pero la capilla se ha mantenido en el mismo sitio. Los peregrinos ignacianos pasan junto al castillo, que abre sus puertas para invitarlos a tomar una copa de vino, si disponen de tiempo para gustarlo.